Las Cofradías tuvieron un papel importante en el devenir social de los lugares en los que se encontraban. No sólo participaban de la vida religiosa, sino que cumplían una labor fundamental en la transmisión de valores que atendían a la solidaridad y el bienestar de todos los estratos sociales, especialmente el de los más desfavorecidos. Más allá del color, el sexo o la edad, las personas vinculadas a estas comunidades, sin perder de vista los valores que eran intrínsecos a las reglas y personalidades religiosas a las que juraban fidelidad, mostraron interés e hicieron hincapié en la necesidad de atender en la vida y en el tránsito a la muerte a todas y todos los miembros de su comunidad.
El municipio de Tacoronte contó con dieciséis cofradías que abarcan desde finales del siglo XVI hasta el siglo XX. Otro caso paradigmático es el de la Confraternidad de Sacerdotes, los cuales se cuidaban y atendían en la enfermedad, acompañándose también en el desarrollo de los Oficios y en sus obligaciones con la vecindad. El soporte económico de las personas en estado de viudedad, la manutención de los hijos en riesgo por orfandad parcial o completa, la atención a personas en riesgo de exclusión por su situación económica o legal, así como la preocupación por el alma y el mundo espiritual, ocuparon los desvelos de las y los componentes de las cofradías del pueblo tacorontero durante más de cuatrocientos años, siendo un signo de honor y orgullo la pertenencia de mujeres y hombres a estas asociaciones religiosas.
En este sentido, este libro aborda la historia de todas estas cofradías, hermandades y confraternidades, su papel protagonista en la vida diaria de la localidad, así como el enriquecimiento del patrimonio histórico-artístico de Tacoronte.