El libro, de carácter literario, se divide en dos partes. En la primera de ellas, Raíces, se recogen los testimonios de distintos guanches del siglo XVI. Algunos de estos relatos están inspirados en casos y personajes reales y todos están basados en información documental y arqueológica de la época. En la segunda parte, Frutos, los textos se emplazan a comienzos del siglo XXI y reflejan la dialéctica ineludible e inevitable que existe entre nuestro pasado indígena y nuestro presente.
En palabras de Gonzalo Ruiz Zapatero, este libro recoge las voces, los ecos de los antiguos canarios, de decenas y decenas de generaciones. No están muertos. No al menos mientras estas evocaciones de José Farrujia tengan algún sentido para lectores interesados tanto en el pasado como el presente, en la vida y en la muerte, en definitiva, en la historia que hacemos y simultáneamente nos hace.
El volumen, según Elsa López, permite que los lectores puedan llegar a identificarse con unos personajes que nos narran el porqué de sus nombres, la razón de su existencia, el poder de su memoria.
Estamos, sin duda, ante un libro con un importante potencial educativo que nos acerca a una historia llena de conocimientos, tradiciones populares y espacios cargados de sabiduría.