Esta es la historia coral de muchos de esos retratos en la pared, los retratos de los abuelos, de las abuelas, de los padres y madres que se fueron a la guerra, que fueron arrastrados por esa contienda y que jamás volvieron. Y los que regresaron nunca volvieron a ser los mismos.
Sobre el escenario de la Guerra Civil española se suceden las vidas de personajes reales como Tomás, del Puertito de Güímar, en Tenerife, un pescador obligado a luchar con las tropas de Franco, como tantos canarios. También lo hizo su hermano Gregorio o un joven zapatero de Lanzarote, Félix Hernández, aunque él lo hizo convencido de la necesidad de empuñar las armas para salvar la moral cristiana. Sin embargo, en aquel trasiego de soldados, muertos, escasez, hambre, el zapatero comprendió que en los campos de batalla no existían buenos ni malos, ni rojos ni azules, solo vio y rezó por todos los cadáveres sin nombre.
Después llegaron los bárbaros y se impuso el silencio.
La publicación ha contado con la colaboración del Cabildo de Lanzarote y el Ayuntamiento de Güímar.